Los hijos de Dios
3 Mirad cuán gran amor[a] nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste[b], seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro.