Calle 168 #52-38 Bogotá, Colombia

Hacedores de la palabra

19 Esto sabéis[s], mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; 20 pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia[t], recibid con humildad[u] la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas. 22 Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural[v] en un espejo; 24 pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente[w] se olvida de qué clase de persona es. 25 Pero el que mira atentamente[x] a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz[y], este será bienaventurado en lo que hace[z]. 26 Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones[aa]y guardarse sin mancha del mundo.